Las revoluciones del giroscopio mantienen su eje apuntando en una dirección. Mientras más rápido es su girar, con más fuerza apunta. El giroscopio es una metáfora de la reflexión. Dar vueltas a un tema nos da rumbo sólido. Cuando tenga una columna, se llamará así: giroscopio

¿Cuánto más tendrán que esperar? #GuarderiaABC

sábado, 10 de enero de 2015

Movilidad Lobotomizada





Movilidad lobotomizada
OPINIÓN INVITADA / Carlos López Zaragoza
10 Ene. 2015
Dicen que una persona lobotomizada, es decir, alguien a quien le separaron quirúrgicamente sus dos hemisferios cerebrales, tiene dificultades para coordinar sus manos. Esto lleva algunas veces a situaciones que parecen salidas de películas de "Los tres chiflados". En ocasiones la izquierda trata de subir los pantalones mientras la derecha los baja.
En lo relativo a la movilidad urbana, el Gobierno tiene lobotomizados sus hemisferios municipal y el estatal. Me explico.
Mientras que el Gobierno estatal impulsa el programa de bicicleta pública en grande, alternado radicalmente las calles de la zona Chapultepec (y más allá) con señalización desconocida hasta ahora para la mayoría de los ciudadanos, dando prioridad a la humilde bicicleta e incluso atreviéndose a reducir carriles a los automóviles para hacer espacio para las ciclovías, el Gobierno municipal anuncia que licitará un estacionamiento subterráneo de "cuando menos 250 espacios abajo de los carriles de Chapultepec entre Niños Héroes y Washington" (MURAL, 2 de enero de 2015). El Gobierno estatal quiere sustituir en esa zona de la Ciudad viajes en automóvil con viajes en bici y el municipal le ayuda facilitando el estacionamiento y con ello atrayendo más automovilistas. Haga de cuenta a Larry tratando de vaciar una tina mientras Moe y Curly la llenan del otro lado.
Si fueran de partido distinto, una acción tan incongruente se podría leer como guerra política, como un maquiavélico boicot al rival. Pero no, el Gobernador y el Presidente Municipal son del mismo partido. Sería de esperarse que la comunicación fluya fácilmente, que se compartan proyectos y planes y que se recomienden recíprocamente los mejores asesores. Todavía soy ingenuo a mis 44. La realidad es que no hay comunicación, ni coordinación, ni proyectos compartidos ni inteligencia sumada entre las distintas instancias de Gobierno municipal y estatal. Están como lobotomizados.
¿Qué clase de estudios, qué argumentos o qué asesores pueden recomendar o sugerir la construcción de un estacionamiento masivo en una zona a la que se pretende reducir los viajes en coche? Tener estacionamiento seguro fomenta llegar en automóvil y a la larga aumenta el número de automóviles circulando en las calles.
En el año 2013 el Banco Interamericano de Desarrollo publicó junto con el ITDP (Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo) un documento titulado "Guía práctica. Estacionamiento y políticas de reducción de congestión en América Latina". El documento estudia el estado de la cuestión en la región y hace un catálogo de las mejores y más efectivas prácticas a llevar a cabo por los Gobiernos, a condición, claro está, de que no hayan sido lobotomizados. En la sección de conclusiones se puede leer lo siguiente:
"Hay una medida que se utiliza con frecuencia y genera obstáculos en términos de políticas de estacionamiento, casi perenne en todos los casos estudiados. Una de las formas típicas de intervenir en una ciudad para tratar de resolver la política de estacionamiento es la de asumir que, si hay espacios de estacionamiento llenos de automóviles y muchos vehículos circulando por las vías en busca de un espacio libre, la solución sería incrementar la oferta de dichos lugares. El efecto real de esta medida es que se induce mayor demanda hacia los estacionamientos y genera aún mayor tráfico, lo que a su vez puede percibirse por una necesidad aún mayor de espacios de estacionamiento (Shoup 2005). La lección entonces es incrementar el precio de uso de los estacionamientos y mantener la oferta en cantidades más discretas, además de fijar un precio en cualquier espacio vial autorizado para que se estacione en la ciudad". Puede leer el documento completo aquí: http://goo.gl/A1vriU.
¿Habrá pasado el proyecto conceptual del estacionamiento por los escritorios del Instituto de Movilidad y Transporte del Gobierno del Estado de Jalisco (IMTJ)? No creo. Ahí diseñaron las modificaciones a las calles para fomentar que el uso de la bicicleta en esa zona aumente exponencialmente, y es obvio que eso no incluye el aumento de coches circulando sino su disminución.

El autor es profesor universitario y promotor de la Movilidad Sustentable.

opinion@mural.com

sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Prioridades en la participación ciudadana?

Publicado en www.lajornadajalisco.com.mx el 10 de marzo de 2012

En Guadalajara hay un grupo de personas —bien organizadas— que se dedican a recoger perros de la calle para darlos en “adopción”. Se llaman Adopta Guadalajara y se les encuentra en Facebook. Antes de entregar un perro le dedican tiempo y dinero. Lo limpian, lo desparasitan y lo esterilizan. Además, quien recoge al perro lo debe mantener consigo el tiempo necesario para conocerle el carácter y así saber a qué tipo de hogar puede entregar el animal; con o sin niños, con jardín o sin jardín, con otros animales, etc.
Contaba sobre Adopta Guadalajara en una reunión y uno de los asistentes, después de oírme, solo atinó a decir: “Qué gente tan enferma. Se dedica a recoger perros habiendo niños en la calle”. Sobra decir que el crítico no mueve un dedo ni por niños, ni por perros, ni por nadie que no sea él o los suyos.
Algo parecido me sucedió posteriormente. Como actividad previa al congreso Hacia Ciudades libres de Autos, Ciudad para Todos y otras organizaciones hicimos una intervención en Av. Chapultepec. Pusimos un camión blanco de transporte escolar en la calle peatonalizada e invitamos a la gente a que le escribiera o dibujara con gises de colores algo alusivo a lo que considerarían transporte público ideal. También pintamos el piso y jugamos “STOP”. Yo me encargaba de tomar fotos y subirlas a Twitter con comentarios explicativos. Después de un rato recibí un mensaje de  alguien conocido diciéndome que lo que hacíamos era peor que no hacer nada porque distraíamos a la gente de la grave situación del país. “La guerra de Calderón ha dejado decenas de miles de muertos y ustedes andan promoviendo que los adultos jueguen como niños”. Nuevamente sobra decir que quien hizo tal crítica ni estaba en la calle pidiendo que el ejército regrese a los cuarteles, ni se le conoce ninguna acción en ese sentido.
Sería ocioso y necio intentar defender que es más importante recoger de la calle perros que niños, o que los asuntos relativos a la movilidad urbana deben tener prioridad sobre la seguridad física de los mexicanos. Pero, creo yo, quienes intentamos recoger perros o mejorar la movilidad urbana no tenemos que dar razones a nadie de por qué escogimos involucrarnos en esos asuntos y no otros. No tenemos obligación de involucrarnos en el voluntariado de nada en específico y hacerlo es eminentemente libre. Los problemas más graves son una cuestión de Estado y en todo caso la única obligación ciudadana universal es la de favorecer que el Estado funcione. Esto solo se entiende cuando se asume que en el Estado actuamos todos. El policía de tránsito pone orden a nombre de todos. El juez imparte justicia a nombre de todos.
Los asuntos de Estado no los podemos resolver los ciudadanos al margen de las instituciones. Pero el Estado funciona mucho mejor cuando los ciudadanos no se conforman con relegarle la solución de los problemas. Los invidentes, por más organizados que estén, no pueden construir las rampas en mariposa que se necesitan en todas las esquinas de la ciudad, pero sí pueden presionar a los gobiernos para que las hagan. Lo mismo sucede con quienes queremos que la ciudad cuente con transporte público de primer nivel o con infraestructura ciclista.
Y aquí es, querido lector, donde los criticones profesionales, hoy llamados “troles”, deberían entender que urge que se involucren en lo público más allá de decir a los que ya hacen algo que lo hacen mal o que se dedican a las causas equivocadas. En México la participación ciudadana organizada es famélica. Según datos de 2009, en nuestro país tan solo hay 3.6 Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC’s) por cada 10,000 habitantes, mientras que en Brasil hay 17, en Argentina 29.3, en Chile 63.8 y en EEUU 65.1. En este país muy poca gente dedica parte de su tiempo a participar activamente en lo público. Véase la tabla de abajo para ampliar la información citada.
Por otra parte, la mítica desconfianza que los mexicanos nos tenemos recíprocamente lleva a que las pocas personas que se dedican a promover alguna agenda o a resolver los problemas que les interesan no reciban apoyo económico de los demás. Un estudio del ITAM elaborado en 2005 arrojó el dato de que en ese año el 67% de los mexicanos no hizo donación alguna a institución o persona. Nada. Ni un peso partido por la mitad. Ni un chicle. En 2008, de los que dieron algo, solo el 16% prefirieron entregarlo a una OSC, 60% prefirió darlo directamente a la persona necesitada, otro 16% dijo que le daba igual y el resto no supo o no quiso contestar la pregunta.
¿Qué concluir de todo esto, amable lector, amable lectora? Pues, en primer lugar, yo diría que es obvio que con tampoco involucramiento de la sociedad civil hay amplísimas zonas en las que la acción del gobierno no tiene vigilancia ni crítica de expertos independientes. En segundo lugar, para remediar lo anteriormente dicho, lo animaría a que se involucre cuanto antes personalmente en el tema que se le dé la gana, sin importar cuál sea. Si no tiene tiempo, estudie bien a quien dar algo de su dinero y sea generoso. En tercer y último lugar, si ve a alguien desanimando a los pocos que hacen algo, tenga claro que esa persona es un lastre para la democratización del país. Si es posible, cállelo sobre la marcha.

Políticos de ida y vuelta




Publicado en www.lajornadajalisco.com.mx el 7 de abril de 2012
Para Alice, con quien converso, viajo y escribo
Existen dos estructuras narrativas opuestas y antagónicas. Apoteosis y apocatástasis. En la primera el protagonista sale de entre sus iguales y progresivamente se va haciendo diferente de ellos hasta que deviene un dios. Se vuelve completamente otro y superior. En la segunda se da “la vuelta a casa”; el protagonista sale de su entorno propio, se aleja de sus iguales, pasa mil aventuras y desventuras, y al final regresa siendo el mismo y diferente a la vez. Su regreso posibilita que cuente en primera persona lo que vivió.
Existen muchas pinturas tituladas “La apoteosis de…”. En ellas se ve cómo se brindan honores a un personaje o cómo se le incluye entre los dioses. Por otra parte, la literatura clásica está llena de historias “de una ida y una vuelta”: Ulises que va a la guerra de Troya y regresa después de que le pasa todo lo imaginable; Dante que explora el suprasensible buscando a su amada y muerta Beatriz; Alonso Quijano que sale de La Mancha en un viaje cuyo objetivo es mimetizarse con el más grande caballero andante que jamás allá existido, el Amadís de Gaula, y vuelve para contar cómo luchó con gigantes, sus conquistas amorosas y su experiencia siendo juez. El viaje de ida y vuelta es metáfora de la vida. Por eso la gran literatura nos sigue interpelando.
Todos hemos experimentado episodios de nuestra vida que podemos interpretar como apocatástasis: las reuniones familiares, el encuentro con los amigos de la prepa, la visita al barrio donde crecimos. La apocatástasis refuerza nuestra condición de igual a los otros, por ella comprendemos que a pesar de la historia personal, con los éxitos que pueda tener, siempre somos “uno más”.
La apocatástasis es indispensable para que pueda darse la democracia.
Cuando la historia de “una ida y una vuelta” tiene por protagonista al gobernante, nos enseña que cualquiera puede ocupar el puesto al frente del gobierno y que el gobierno en democracia actúa por la gente. La democracia es opuesta al gobierno del radicalmente diferente. El rey o el sacerdote —el endiosado— no forma parte del «nosotros» que constituye un régimen democrático porque su condición se superior lo coloca inmediatamente como único legítimo depositario del poder. La democracia comenzó cuando nos desembarazamos de los iluminados y nos comenzamos a ver todos como iguales y como los propios constructores de una vida mejor.
Los países con democracias consolidadas cuentan con referentes que les recuerdan que el gobernante sale de la gente, actúa por la gente y al final regresa con la gente. Felipe González, el conocido expresidente de España, es abogado. Cuando dejó su cargo, desempolvó su toga y su volvió a los tribunales a litigar. La película titulada “La Dama de Hierro” inicia mostrándonos a Margaret Thatcher como una anciana que cruza la calle para ir a comprar leche. Al regresar a su casa se queja con su marido de que subió de precio. Más adelante la película nos revela que en su juventud Thatcher fue vendedora en una tienda de abarrotes y siempre tuvo una fijación por conocer los precios de la canasta básica. Va una anécdota personal. Hace años leí una ponencia en un congreso sobre “Comunitarismo”. El congreso fue en Santiago de Chile. Al terminar de exponer se me acercó un señor de corbata y pelo blanco para pedirme referencias bibliográficas. Después de un rato me preguntó unos de los organizadores del congreso si sabía quién me había abordado. Me explicaron que era Christian Suárez, ex gobernador (intendente) del Maule, la rica región productora de los vinos chilenos. El señor era profesor de derecho antes de ser gobernador. Terminando su periodo, regresó a su cubículo, tomó plumones —o gises— y borrador, y volvió al aula a enseñar.
En México las historias son muy diferentes. La maestra de primaria que vivía en un departamento en La Merced logra el liderazgo de su sindicato y acaba viviendo en un departamento de lujo en una zona de lujo vistiendo ropa de oro. El gobernador del estado no regresa a su casa y a sus negocios, sino que ahora se pasea orondo en su castillo francés. El profesor de derecho que fue presidente, al terminar de gobernar, compra una colina desde ve para abajo a la ciudad capital y al país y le construye su mansión en la cima. No por nada en México se da el absurdo de que el concepto de “político” es opuesto al de “ciudadano”. Uno es dios, el otro un hombre común.
Dígame qué candidato de los que asolan con sus spots nuestros ojos y oídos en estos días ha prometido que al terminar su periodo volverá a vivir en su casa de siempre, entre los vecinos que lo conocen. Díganme qué candidato jura que al dejar su cargo volverá a trabajar como lo que es: profesor, médico, ingeniero, carpintero, albañil o lo que sea. Ese candidato tiene mi voto incondicional.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La ciclovía en la zona real a debate

Si tienes claves de acceso a diarios de Grupo Reforma, por favor lee el artículo aquí
 
Cuando me invitaron a escribir esta columna, me dijeron que el presidente de la zona real escribiría defendiendo la postura contraria a la mía. Al final no apareció su escrito. Desconozco la razón. En su lugar escribió el director de la oficina de Proyectos Estratégicos, quien dirige la obra y es responsable de la misma. Aquí están los dos textos.


Alfredo Hidalgo


El corredor Multimodal Santa Margarita en Zapopan se ha convertido no sólo en un proyecto que ha llamado la atención de vecinos y opinión pública, también ha representado una oportunidad para dialogar y buscar acuerdos, para hablar de participación ciudadana y obra pública, y para preguntarnos: ¿cómo es la ciudad en la que queremos que vivan nuestros hijos y nietos? Es un proyecto que ha obligado a imaginarnos sus calles, pensar en una ciudad compartida, esa ciudad que no la queremos ni violenta, ni discriminatoria, ni fragmentada sino próspera; que sume afectos, recuerdos y en la que quieras vivir, esa ciudad que no es la tuya ni la mía, ni la de ellos ni de los otros, sino la de todos, y en la que por acción u omisión, eres parte del problema o de la solución.

Este corredor es un proyecto de espacio público considerado en los Planes Parciales, en el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada del Área Metropolitana y en el Plan Municipal de Desarrollo; coincide con la visión de movilidad del Gobierno del Estado, así como con la agenda entregada por la Plataforma Metropolitana por la Sustentabilidad. No es sólo una ciclovía, es un corredor multimodal, una calle incluyente donde tendrían condiciones adecuadas para transitar peatón, transporte público, ciclistas, vehículos de servicio y particulares; además de iluminación, árboles, información y equipamiento.

Sus 5.3 kilómetros atraviesan distintas condiciones urbanas del Municipio, desde colonias e históricos barrios, hasta recientes cotos cerrados; pasamos de las más altas densidades de población a las más bajas; desde los más altos ingresos a aquellos más modestos. Este proyecto que incorpora la accesibilidad en todo el corredor a fin de facilitar el uso de la vía pública, tiene que ver también con dos grandes preocupaciones ciudadanas: la inseguridad y la movilidad.

¿Qué es lo que ha generado las diferencias de opinión o molestias de vecinos? La Av. Santa Margarita tiene una sección irregular con anchos de 19.60 hasta 28 mts, transitar por ahí es igualmente irregular, la ausencia de cruces peatonales, el mal estado de banquetas y el uso de la calle dan evidencias de la necesidad de ordenar la vía. En términos de movilidad es ineficiente y como espacio público es inseguro. De no ordenarla, si consideramos la cantidad de futuros usuarios por la oferta de tierras a urbanizar, el colapso no está lejos si sólo se depende del automóvil particular.

Ordenar el transporte público y ofrecer una ciclovía segura son oportunidades para disminuir la demanda de espacio que generará el uso del vehículo, grandes atractores de viajes como universidades, escuelas, empresas, comercios que hoy realizan trayectos cortos sobre el corredor, pueden ser potenciales usuarios. Para lograr un proyecto que responda a la visión planteada, es necesario hacer cambios en la distribución de la vía pública, estos cambios condicionan el uso de la calle como estacionamiento en algunas zonas y ordenan el ancho de los carriles en otras. Algunos comerciantes imaginan afectados sus negocios por la nueva condición, y algunos automovilistas han pensado que los carriles no serán lo suficientemente anchos para circular, muchos han considerado que el tráfico podría aumentar.

Con todas las expresiones de inconformidad, el Gobierno municipal se ha reunido y se sigue reuniendo, se ha planteado como disminuir el riesgo de los comerciantes, así como la viabilidad del ancho de carriles propuestos. El proceso ha fortalecido la apropiación del proyecto.

Gobernar un Municipio implica administrar un territorio para la toma de decisiones, el bien colectivo está por encima del individual. El Alcalde Héctor Robles ha planteado que se trata de un cambio de paradigma, ha escuchado con atención las demandas ciudadanas y los planteamientos científicos. En el derecho a la ciudad, el usufructo de los bienes públicos de manera individual no pueden estar sobre el derecho colectivo del uso de esos bienes. Hacer infraestructura para dar seguridad a peatones y ciclistas es una obligación de la autoridad y un derecho de los usuarios.

Pensar en que la calle es de todos y que todos tenemos derecho a usarla en condiciones adecuadas y seguras demanda mucha generosidad, particularmente de aquellos que hoy no se imaginan un futuro diferente, en el que las nuevas generaciones ya no pueden recorrer las calles como lo hicieron sus padres, que hoy viven encerrados y respiran un aire de menor calidad. Ante este nuevo paradigma por una ciudad más prospera, ellos tomarán las calles nuevamente.


Es Director general de la Oficina de Proyectos Estratégicos de Zapopan.







Carlos López Zaragoza


Como gobernante debe velar por el bien común, cuidar que lo público sea de primera calidad.


Centro mis reflexiones únicamente en la oposición a la ciclovía en la zona real. La oposición en los otros sectores de la avenida requiere un tratamiento diferente.

Según las noticias, el Presidente Municipal accedió a la demanda de los vecinos de reducir el ancho de la ciclovía a 1.20 metros, es decir, por debajo de los 1.50 recomendados internacionalmente y de los 1.40 señalados como mínimo en el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada.

En las notas publicadas no queda claro si los vecinos lograron eliminar, como pretendían, el buffer de seguridad de 80 centímetros (un espacio que garantizaría que en caso de caer de la bicicleta el ciclista no vaya a dar directamente a la zona de circulación de los coches). Lo conseguido por los vecinos, lo que tanto quieren y pelean, son dos carriles de 3.50 metros de ancho en lugar de los de 3.30 y 3.50 propuestos por la oficina de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Zapopan (PEZ). Pelean 20 centímetros. Con una breve búsqueda por Internet cualquier persona puede saber que el coche más ancho que circula en las calles mide 1.943 metros y que un autobús urbano gigante mide 2.55 metros de ancho. Recordemos que el límite de velocidad de Santa Margarita es 50 km/h. No creo necesario hacer aquí las sumas y restas para demostrar que los carriles de 3.30 y 3.50 son más que suficientes para los automovilistas, el transporte público y los vehículos de carga.

¿Por qué algunos vecinos pelean tanto 20 centímetros de superficie de rodamiento siendo claro que tienen espacio de sobra? Me parece obvio que los opositores no se ven andando en bicicleta hacia el Bosque del Agua para correr o hacer yoga antes de ir a trabajar, les quedaría a 15 minutos. Tampoco se ven pedaleando para ir a comprar crema fresca o pan recién hecho al barrio de Santa Margarita, sin sufrir el tráfico, sin problemas de estacionamiento y llegando en 10 minutos. Mucho menos ven a sus hijos desplazándose en bici al Tec de Monterrey: 5 minutos hasta el salón de clases, sin contaminar, sin hacer tráfico ni ruido, sin desgastar el coche y sin perder tiempo buscando estacionamiento. ¿Quién en su sano juicio sugeriría que se quite el buffer si sabe que él o sus seres queridos irán por la ciclovía? Los vecinos que se oponen muy probablemente se sienten diferentes a los que usarán la infraestructura ciclista. No lo son, y lamentablemente ellos solos se están privando del gozo de andar en bicicleta. Es una pena, pero están en todo su derecho.

¿Y qué decir del papel que ha jugado el Presidente Municipal en todo esto? Como gobernante debe velar por el bien común, cuidar que lo público sea de primera calidad y hacer que todas personas puedan ejercer sus derechos, incluido el de libre tránsito. Los ciclistas, como ciudadanos más vulnerables, necesitamos infraestructura especial. ¿Accederá el Presidente Municipal a la obtusa y egoísta propuesta de quitar el buffer de seguridad de la ciclovía? Héctor Robles tuvo el tino de contratar a varios técnicos de talla internacional en PEZ. Ellos hicieron el proyecto del corredor. ¿De qué puede servir personal tan capacitado si su jefe considera dar entrada a opiniones que tan obviamente provienen de gente con egoísmo contumaz? No se necesita ser ciclista para entender que, sin buffer, una ciclovía por camellón es una trampa mortal. Si no se lo van a poner, de verdad, mejor que no hagan nada. Los ciclistas iríamos más seguros por el arroyo vehicular que por una ciclovía de camellón sin buffer.

Finalmente, ¿qué se puede aprender de todo lo que ha pasado en torno al corredor? He participado en las reuniones de discusión del proyecto desde enero. En esas reuniones he visto aprobar públicamente el corredor a algunos de los presidentes de colonias que ahora se oponen. La tan criticada falta de "socialización" del proyecto, desde mi punto de vista, se debe a que PEZ confió en que hablar con presidentes de colonos era lo mismo que hablar con los colonos. Se comprobó que eso es totalmente falso. En lo futuro, las estrategias de comunicación de proyectos transformadores del modelo de ciudad deberían enfocarse en llegar a directamente a los vecinos, o en todo caso a los líderes informales.


Es doctor en filosofía y se traslada en bici a su trabajo.

@carloslz

martes, 3 de julio de 2012

Las redes en campaña (y fuera de)


Si tienes claves de acceso a diarios de Grupo Reforma, por favor lee este editorial aquí
Opinión Invitada 
3 Jul. 12

Carlos López Zaragoza

Si tienes claves de acceso a diarios de Grupo Reforma, por favor lee este editorial aquí 


Es conocido el episodio histórico de Lutero clavando sus 95 tesis en las puertas de la Catedral de Wittenberg, en 1517. El monje agustino estaba inconforme y molesto con las indulgencias que vendía la Iglesia Católica para financiar su basílica vaticana y con enseñanzas teológicas de diversa índole. Escribió lo que pensaba sobre esas cuestiones en un texto con sus ideas numeradas y clavó las hojas en las puertas de la catedral de su pueblo. Esas hojas provocaron que la mitad de Europa se independizara de la autoridad del Papa, sin dejar de ser cristiana.





Cuando oí esta historia en mis clases de secundaria no me entró en la cabeza que unas hojas clavadas en las puertas de una iglesia tuvieran tal impacto. Era como si el papel, la madera de las puertas y los clavos hubieran tenido poderes mágicos. Hace poco que recordé el episodio y lo investigué en Internet. Resulta que las puertas de las iglesias eran en aquel entonces una especia de tablero de avisos. Ahí se comunicaban los eventos de la ciudad y las discusiones que se tendrían en la universidad. Por eso Lutero puso ahí sus 95 tesis. El cambio social que trajo el protestantismo no se dio por el papel, las puertas y los clavos, sino por la conversación que desataron. Todo el mundo se enteró, discutió y se involucró de un modo o de otro.

A veces parece que los políticos creen que las redes sociales son mágicas. Que poner algo ahí equivale a cambiar las opiniones y a inducir modos de pensar. Como si cualquier cosa clavada en las puertas de la Catedral de Wittenberg hubiera tenido el mismo efecto que las 95 tesis. Por eso contratan "bots" para que claven temas en las redes sociales y "correveidiles" que comiencen a comentar los temas falsos, de plástico. Para cualquiera que se mueva por las redes como en su casa es obvio que algunos temas nacen muertos, que son lanzados interesadamente y que quienes los proponen son mercenarios. La manipulación informativa se ha topado con pared en Twitter y Facebook.

En Wittenberg fue la gente, no las puertas, quien esparció como reguero de pólvora las tesis luteranas en las redes sociales que había en aquel entonces: en los gremios, en el pozo del pueblo, en el mercado, en la tertulia de la tarde. Lo mismo ha sucedido ahora con las elecciones. En las redes sociales se encuentran mensajes clavados que nos invitan a conversar.

Un ejemplo de lo que puede conseguirse usando las redes sociales en campaña electoral es la votación que atrajo Enrique Alfaro. Como es sabido, ese candidato no pagó spots en televisión por la sencilla razón de que no tenía plata para ello. Sin embargo, quedó a penas a 4 puntos porcentuales del ganador, quien contaba con carretadas de dinero.

Las redes sociales, a fin y al cabo, sólo son una conversación o un lugar donde se conversa, y de las palabras a las acciones hay un salto cuántico. El mundo no hubiera cambiado si las palabras de Lutero hubieran permanecido clavadas en las puertas. La gente protestó masivamente contra las indulgencias, salió a la calle, actuó.

Esta es la parte que nos falta intensificar. #Yosoy132 brilla con gran relumbre por su novedad, por su vinculación con el proceso electoral, pero es muy poco, y falta ver que se instituya y actúe de modo no coyuntural.

La democratización del País, la instauración de una democracia participativa, requiere necesariamente que combinemos conversación y acción, que además de usar las nuevas tecnologías nos encontremos en la calle. Un estudio del ITAM señala que en México hay tan solo 3.6 OSCs (antes ONGs) por cada 10 mil habitantes, mientras que en Chile o en Estados Unidos hay más de 60.

La redes para conversar ya están ahí. Hay que cuidarlas. Falta que salgamos a la calle masivamente para quedarnos ahí de manera permanente, no sólo en tiempo de campañas.


Carlos López Zaragoza es doctor en Filosofía y académico.

@CarlosLZ

domingo, 11 de diciembre de 2011

Redes sociales en campaña

Si tienes claves de acceso a diarios de Grupo Reforma, por favor lee este editorial aquí




Publicado en Mural el domingo 11 de diciembre, primera sección, página 10.

Trate de imaginar el fastidio al que nos someterá la "clase política" durante el primer semestre del próximo año. Ahí le van los números. En ese arco de tiempo, los mexicanos seremos bombardeados por 39.2 millones de spots políticos en radio y televisión. Como punto de comparación, en las elecciones presidenciales del 2006 fueron "sólo" 810 mil. Sume a eso las toneladas de basura que pegarán en los postes, paradas de camión, espectaculares, las bardas pintadas, los volantes, etc. El objetivo que se proponen los partidos es que, no importando dónde esté, a dónde volteé, o qué hora sea, usted sea bombardeado con la imagen con sonrisa de plástico y pasada por photoshop de sus candidatos, que vea y oiga slogans de campaña tan inteligentes y llenos de contenido como "Con todo" o "Sí o no, pero ya". Esos millones y millones de mensajes estarán dirigidos a su subconsciente, que no a su inteligencia, para que el día de las elecciones un impulso, que no un razonamiento, le lleve a votar por alguno de ellos.

Ahora compare el lavado cerebral que pretenden hacernos los partidos y sus candidatos mediante su tsunami de spots y basura electoral con una conversación inteligente en la plaza pública, un diálogo entre muchas personas -de formación y origen muy diverso- sobre nuestros problemas comunes y sus posibles soluciones, y sobre mil cosas más. En el diálogo hay de todo, propuestas con buen sustento teórico, otras que se hacen desde la experiencia empírica; se comparten opiniones e historias de primera mano sobre los candidatos y los partidos, y hasta se hacen chanzas sobre ellos. Todos pueden oír la conversación, pero a diferencia de los spots, aquí todos pueden hablar. Nadie dirige la conversación, se pasa de un tema a otro según el interés de los que intervienen.

La conversación que le describo es posible y de hecho ya se da en Twitter. Ahí se ha debatido la Reforma Política y la Ley de Estancias Infantiles, por ejemplo. También se consiguió en Twitter la masa crítica que forzó a los políticos a que se elimine un impuesto a la conexión a Internet y que hizo que el Senado se negase a ratificar un tratado internacional que, en nombre de la propiedad intelectual, pretendía criminalizar a los internautas. Y todavía más, en Twitter se ha organizado la gente para protestar contra el auditor corrupto y los diputados que lo protegen, o para pintar las ciclovías que los Gobiernos municipales prometen y no construyen. Twitter ha probado sobradamente su capacidad de amplificar un tema y colocarlo en la opinión pública, puenteando los medios masivos de comunicación, y para organizar a la gente con el fin que sea de modo plenamente horizontal, al margen de jerarquías políticas o económicas.

En mayo de este año que se acaba, José Merino y Ana Francisca Vega publicaron el libro "Ciudadanos.mx, Twitter y el Cambio Político en México". Entre los factores de éxito que los autores ven en los movimientos civiles que han usado la red social está el aprovechar una coyuntura para masificar la discusión del tema en cuestión y llevarlo a la calle. Las elecciones que vienen serán la coyuntura por antonomasia. Todos los temas en los que la mayoría hemos perdido frente a los que prefieren que todo siga igual, podrán reaflorar con inusitada fuerza. Por poner algunos ejemplos, la eliminación de monopolios, los puntos de la reforma política que se desecharon; o, en lo local, la corrupción en el Congreso, el cambio de paradigma en la movilidad urbana. Twitter ya es un espacio deliberativo de la ciudadanía en México. No me extrañaría nada que con motivo de las elecciones se den acampadas organizadas en las redes sociales como las que hubo en España.

Las redes sociales son más que apetitosas para los partidos y sus candidatos. Pero en ellas parecen peces fuera del agua. Ahí son uno más, no el aspirante a tlatoani que dicta en vez de hablar. Además, la descentralización radical de la red social impide el control sobre lo que en ella se dice de ellos. Se puede "chayotear" a la tele, la radio o a los diarios, pero no a la totalidad de la gente conversando en este nuevo ágora que nos han regalado en el siglo 21.

Si la "clase política" entrara de lleno al debate real que ya se da, a la discusión de los problemas y sus soluciones con la gente, tendríamos una democracia mucho más radical, entendida etimológicamente, nutrida de la raíz. Que en cambio vaya a gastar millones y millones del erario público en intentos de lavado cerebral indica que se está quedando enana a lado de la ciudadanía pensante y participativa que emerge en este País.


Carlos López Zaragoza es doctor en filosofía, académico e integrante de Ciudad para Todos

www.twitter.com/CarlosLZ