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domingo, 1 de septiembre de 2013

La ciclovía en la zona real a debate

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Cuando me invitaron a escribir esta columna, me dijeron que el presidente de la zona real escribiría defendiendo la postura contraria a la mía. Al final no apareció su escrito. Desconozco la razón. En su lugar escribió el director de la oficina de Proyectos Estratégicos, quien dirige la obra y es responsable de la misma. Aquí están los dos textos.


Alfredo Hidalgo


El corredor Multimodal Santa Margarita en Zapopan se ha convertido no sólo en un proyecto que ha llamado la atención de vecinos y opinión pública, también ha representado una oportunidad para dialogar y buscar acuerdos, para hablar de participación ciudadana y obra pública, y para preguntarnos: ¿cómo es la ciudad en la que queremos que vivan nuestros hijos y nietos? Es un proyecto que ha obligado a imaginarnos sus calles, pensar en una ciudad compartida, esa ciudad que no la queremos ni violenta, ni discriminatoria, ni fragmentada sino próspera; que sume afectos, recuerdos y en la que quieras vivir, esa ciudad que no es la tuya ni la mía, ni la de ellos ni de los otros, sino la de todos, y en la que por acción u omisión, eres parte del problema o de la solución.

Este corredor es un proyecto de espacio público considerado en los Planes Parciales, en el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada del Área Metropolitana y en el Plan Municipal de Desarrollo; coincide con la visión de movilidad del Gobierno del Estado, así como con la agenda entregada por la Plataforma Metropolitana por la Sustentabilidad. No es sólo una ciclovía, es un corredor multimodal, una calle incluyente donde tendrían condiciones adecuadas para transitar peatón, transporte público, ciclistas, vehículos de servicio y particulares; además de iluminación, árboles, información y equipamiento.

Sus 5.3 kilómetros atraviesan distintas condiciones urbanas del Municipio, desde colonias e históricos barrios, hasta recientes cotos cerrados; pasamos de las más altas densidades de población a las más bajas; desde los más altos ingresos a aquellos más modestos. Este proyecto que incorpora la accesibilidad en todo el corredor a fin de facilitar el uso de la vía pública, tiene que ver también con dos grandes preocupaciones ciudadanas: la inseguridad y la movilidad.

¿Qué es lo que ha generado las diferencias de opinión o molestias de vecinos? La Av. Santa Margarita tiene una sección irregular con anchos de 19.60 hasta 28 mts, transitar por ahí es igualmente irregular, la ausencia de cruces peatonales, el mal estado de banquetas y el uso de la calle dan evidencias de la necesidad de ordenar la vía. En términos de movilidad es ineficiente y como espacio público es inseguro. De no ordenarla, si consideramos la cantidad de futuros usuarios por la oferta de tierras a urbanizar, el colapso no está lejos si sólo se depende del automóvil particular.

Ordenar el transporte público y ofrecer una ciclovía segura son oportunidades para disminuir la demanda de espacio que generará el uso del vehículo, grandes atractores de viajes como universidades, escuelas, empresas, comercios que hoy realizan trayectos cortos sobre el corredor, pueden ser potenciales usuarios. Para lograr un proyecto que responda a la visión planteada, es necesario hacer cambios en la distribución de la vía pública, estos cambios condicionan el uso de la calle como estacionamiento en algunas zonas y ordenan el ancho de los carriles en otras. Algunos comerciantes imaginan afectados sus negocios por la nueva condición, y algunos automovilistas han pensado que los carriles no serán lo suficientemente anchos para circular, muchos han considerado que el tráfico podría aumentar.

Con todas las expresiones de inconformidad, el Gobierno municipal se ha reunido y se sigue reuniendo, se ha planteado como disminuir el riesgo de los comerciantes, así como la viabilidad del ancho de carriles propuestos. El proceso ha fortalecido la apropiación del proyecto.

Gobernar un Municipio implica administrar un territorio para la toma de decisiones, el bien colectivo está por encima del individual. El Alcalde Héctor Robles ha planteado que se trata de un cambio de paradigma, ha escuchado con atención las demandas ciudadanas y los planteamientos científicos. En el derecho a la ciudad, el usufructo de los bienes públicos de manera individual no pueden estar sobre el derecho colectivo del uso de esos bienes. Hacer infraestructura para dar seguridad a peatones y ciclistas es una obligación de la autoridad y un derecho de los usuarios.

Pensar en que la calle es de todos y que todos tenemos derecho a usarla en condiciones adecuadas y seguras demanda mucha generosidad, particularmente de aquellos que hoy no se imaginan un futuro diferente, en el que las nuevas generaciones ya no pueden recorrer las calles como lo hicieron sus padres, que hoy viven encerrados y respiran un aire de menor calidad. Ante este nuevo paradigma por una ciudad más prospera, ellos tomarán las calles nuevamente.


Es Director general de la Oficina de Proyectos Estratégicos de Zapopan.







Carlos López Zaragoza


Como gobernante debe velar por el bien común, cuidar que lo público sea de primera calidad.


Centro mis reflexiones únicamente en la oposición a la ciclovía en la zona real. La oposición en los otros sectores de la avenida requiere un tratamiento diferente.

Según las noticias, el Presidente Municipal accedió a la demanda de los vecinos de reducir el ancho de la ciclovía a 1.20 metros, es decir, por debajo de los 1.50 recomendados internacionalmente y de los 1.40 señalados como mínimo en el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada.

En las notas publicadas no queda claro si los vecinos lograron eliminar, como pretendían, el buffer de seguridad de 80 centímetros (un espacio que garantizaría que en caso de caer de la bicicleta el ciclista no vaya a dar directamente a la zona de circulación de los coches). Lo conseguido por los vecinos, lo que tanto quieren y pelean, son dos carriles de 3.50 metros de ancho en lugar de los de 3.30 y 3.50 propuestos por la oficina de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Zapopan (PEZ). Pelean 20 centímetros. Con una breve búsqueda por Internet cualquier persona puede saber que el coche más ancho que circula en las calles mide 1.943 metros y que un autobús urbano gigante mide 2.55 metros de ancho. Recordemos que el límite de velocidad de Santa Margarita es 50 km/h. No creo necesario hacer aquí las sumas y restas para demostrar que los carriles de 3.30 y 3.50 son más que suficientes para los automovilistas, el transporte público y los vehículos de carga.

¿Por qué algunos vecinos pelean tanto 20 centímetros de superficie de rodamiento siendo claro que tienen espacio de sobra? Me parece obvio que los opositores no se ven andando en bicicleta hacia el Bosque del Agua para correr o hacer yoga antes de ir a trabajar, les quedaría a 15 minutos. Tampoco se ven pedaleando para ir a comprar crema fresca o pan recién hecho al barrio de Santa Margarita, sin sufrir el tráfico, sin problemas de estacionamiento y llegando en 10 minutos. Mucho menos ven a sus hijos desplazándose en bici al Tec de Monterrey: 5 minutos hasta el salón de clases, sin contaminar, sin hacer tráfico ni ruido, sin desgastar el coche y sin perder tiempo buscando estacionamiento. ¿Quién en su sano juicio sugeriría que se quite el buffer si sabe que él o sus seres queridos irán por la ciclovía? Los vecinos que se oponen muy probablemente se sienten diferentes a los que usarán la infraestructura ciclista. No lo son, y lamentablemente ellos solos se están privando del gozo de andar en bicicleta. Es una pena, pero están en todo su derecho.

¿Y qué decir del papel que ha jugado el Presidente Municipal en todo esto? Como gobernante debe velar por el bien común, cuidar que lo público sea de primera calidad y hacer que todas personas puedan ejercer sus derechos, incluido el de libre tránsito. Los ciclistas, como ciudadanos más vulnerables, necesitamos infraestructura especial. ¿Accederá el Presidente Municipal a la obtusa y egoísta propuesta de quitar el buffer de seguridad de la ciclovía? Héctor Robles tuvo el tino de contratar a varios técnicos de talla internacional en PEZ. Ellos hicieron el proyecto del corredor. ¿De qué puede servir personal tan capacitado si su jefe considera dar entrada a opiniones que tan obviamente provienen de gente con egoísmo contumaz? No se necesita ser ciclista para entender que, sin buffer, una ciclovía por camellón es una trampa mortal. Si no se lo van a poner, de verdad, mejor que no hagan nada. Los ciclistas iríamos más seguros por el arroyo vehicular que por una ciclovía de camellón sin buffer.

Finalmente, ¿qué se puede aprender de todo lo que ha pasado en torno al corredor? He participado en las reuniones de discusión del proyecto desde enero. En esas reuniones he visto aprobar públicamente el corredor a algunos de los presidentes de colonias que ahora se oponen. La tan criticada falta de "socialización" del proyecto, desde mi punto de vista, se debe a que PEZ confió en que hablar con presidentes de colonos era lo mismo que hablar con los colonos. Se comprobó que eso es totalmente falso. En lo futuro, las estrategias de comunicación de proyectos transformadores del modelo de ciudad deberían enfocarse en llegar a directamente a los vecinos, o en todo caso a los líderes informales.


Es doctor en filosofía y se traslada en bici a su trabajo.

@carloslz

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