Alexis de Toqueville |
Las asociaciones son condición necesaria para la democracia porque acortan la distancia que hay entre el individuo y el Estado. Los ciudadanos asociados se empoderan y hacen oír su voz de modo mucho más claro y fuerte a los gobernantes. "Es, pues, indispensable, que un gobierno no obre por sí solo. Las asociaciones son las que en los pueblos democráticos deben ocupar el lugar de los particulares poderosos que la igualdad de condiciones ha hecho desaparecer".
En México tenemos un terrible déficit de ciudadanos asociados y organizados. Como es sabido, la política de "pan o palo", que usó Porfirio Díaz, luego fue adoptada por Plutarco Elías Calles y se volvió parte de los genes del régimen que nos gobernó durante más de 70 años. Los disidentes eran "invitados" a sumarse a la fiesta del partido y a esperar pacientemente en la fila el momento en que les haría justicia la revolución: la entrega de su ansiado "hueso". Sistemáticamente, se trató de cooptar cuanta asociación civil había, desde los sindicatos hasta las asociaciones de vecinos. Pero una asociación civil vinculada al Gobierno o a un partido se desvirtúa, pierde su capacidad de alzar la voz, su autenticidad. Nuestra democracia es en parte disfuncional, porque falta la enorme masa de ciudadano asociados que hay en los países con democracias maduras. Durante décadas el Gobierno fue engullendo todos los que pudo.
Sin embargo, algo está pasando en Guadalajara. Por ahí hay unos desadaptados, unos "opositodos" como los llamó el Gobernador, Emilio González, cuando acampaban en el camellón de Lázaro Cárdenas protestando contra la construcción del estacionamiento, perdón, Puente Atirantado; están asociados y están sumando asociaciones a su causa. Sí, perdieron la batalla del Puente Atirantado, pero ganaron la de la Vía Exprés. No es poca cosa que unos cuantos ciudadanos hayan derribado un proyecto de relumbrón, una tarjeta de presentación de precandidato presidencial.
Se me dirá que hay poca virtud en boicotear los proyectos del Gobierno, que lo valioso es proponer y construir. Tiene razón quien así piense, pero le comento que cuando les dieron un respiro, los "opositodos" pasaron de la ofensiva, a la propuesta. Hoy mismo, por la tarde, inicia el congreso internacional "Hacia ciudades libres de autos, ciudades para la gente desde la gente", organizado por los mismos que primero acamparon en el camellón de Lázaro Cárdenas y que, luego, sumando y sumando gente, derrotaron a Emilio y a Herbert Taylor en la Vía Exprés. Junto a ellos, sus principales aliados, los que llenan de ciclistas la ciudad muchos días por la noche y los ecologistas.
¿De qué puede tratar un congreso convocado por "opositodos", bicicleteros y ecologistas? Pues de cómo sustituir viajes realizados en coche por viajes realizados en transporte público, en bici o a pie; de cómo hacer que se rompa la desconexión humana que hay en las distintas zonas de la Ciudad creando espacios de convivencia, cómo lograr que la Ciudad exprese, con sus calles, que hay en ella una democracia, y de cómo asociarse y triunfar. El congreso (www.carfree.mx), convoca lo mismo a urbanistas, economistas y sociólogos que a los activistas que buscan sumar gente a la causa de transformar sus ciudades en un espacio sustentable, incluyente y democrático... que a los funcionarios públicos encargados de tomar decisiones en ese sentido. Sinergia pura, diría yo.
Algo está pasando en Guadalajara, están surgiendo asociaciones ciudadanas con gente llena de ideas. Si proliferan, harán más funcional nuestra incipiente democracia.
((PS: en twitter se puede seguir el congreso viendo el hashtag #sinautos2011 y la cuenta oficial @carfreemx, se puede seguir la transmisión en vivo en: http://www.ustream.tv/channel/ciudad-para-todos))
Carlos López Zaragoza es Doctor en Filosofía y académico.
www.twitter.com/carlosLZ
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