Las revoluciones del giroscopio mantienen su eje apuntando en una dirección. Mientras más rápido es su girar, con más fuerza apunta. El giroscopio es una metáfora de la reflexión. Dar vueltas a un tema nos da rumbo sólido. Cuando tenga una columna, se llamará así: giroscopio

¿Cuánto más tendrán que esperar? #GuarderiaABC

lunes, 2 de noviembre de 2009

Twitter y la ciudadanización de la política. Publicado en Mural el 17-X-2009.

Twitter es el sitio de Internet con crecimiento más acelerado. De enero del 2008 a enero del 2009 creció 945 por ciento. Su número de usuarios siguió aumentando a ritmo cada vez mayor hasta julio de este año, cuando comenzó a crecer sólo a velocidad constante, no acelerada. El sitio está valuado en mil millones de dólares a pesar de que no genera utilidades. Sus fundadores tienen como objetivo ser la primera red social con mil millones de usuarios, lo que según ellos equivale a ser el pulso del planeta. Nada más.

Su gran virtud es su sencillez. Consiste únicamente en enviar y recibir mensajes de no más de 140 caracteres. También pueden enviarse fotos y videos. El modo en que se delimita qué mensajes veo y quién ve mis mensajes es radicalmente distinto al de Facebook. En vez de sólo permitir el acceso a la red a las personas previamente aceptadas como amigos, Twitter agrega un doble criterio: tema y ubicación geográfica. Esto, aunado a que está diseñado para usarse más en el teléfono celular que en una computadora de escritorio o en una laptop, da como resultado un medio de comunicación radicalmente democrático, horizontal.

Por ejemplo, hace unas semanas, mientras se llevaba al cabo el concierto, si uno ponía en el buscador de Twitter las palabras de Depeche Mode y circunscribía el área de búsqueda a 10 millas a la redonda, el resultado arrojado eran los twitts o mensajes de la gente que estaba disfrutando del concierto y de los habitantes de la ciudad que lo comentaban. Nadie necesitó al reportero o al medio de comunicación impreso o electrónico para enterarse de lo que sucedía.

Twitter convierte a cualquier persona con un teléfono celular en ojos y oídos para los demás.

El ejemplo que pongo puede parecer banal. De hecho lo es. Hay mucha banalidad en Twitter y en las redes sociales en general. Pero no debe confundirse contenido y continente. La relativa banalidad de mi ejemplo estriba en el contenido de la información (un concierto de rock). Pero la capacidad de comunicación hiperefectiva del continente es algo para tomarse muy en serio.

Todos podemos escoger el tema que queramos y empezar a twittear sobre él. Si es un tema relevante para mis personas cercanas, geográficamente hablando (de mi colonia, de mi región, de mi entidad federativa), estamos a un paso de la organización ciudadana al margen de toda estructura vertical.

¿Qué tal si, por ejemplo, los habitantes de un distrito electoral cualquiera, digamos, el Distrito 8 de Jalisco, se pusieran de acuerdo para señalar constantemente la ubicación de su diputado y así facilitar que cualquier ciudadano pueda ir a exponerle personalmente sus inquietudes? El diputado no podrá ir a un restaurante ni cine o al parque sin que le caiga encima un enjambre de personas reclamándole efectividad y acción. Esto no sería necesario si el diputado contestara o por lo menos leyera las cartas y correos electrónicos que la gente le lleva, pero la realidad tristemente es otra.

Me ha tocado ver mensajes en Twitter que preguntan por el tráfico en un determinado crucero de la ciudad. La gente que está ahí responde según lo que ve. ¿Quién necesita ahora una estación de radio vial?

El fabuloso crecimiento de Twitter y la horizontalidad de la comunicación que se da en él lo hacen enormemente atractivo a los políticos, los opinólogos y en general para cualquier persona que quiera transmitir mensajes en tiempo real a enormes multitudes.

Pero ahora los que transmiten mensajes se encuentran con la gran novedad de la circularidad en la comunicación. Cualquiera puede interpelar al que pone un mensaje en Twitter, sea quien sea. Si no va a contestar, mejor que no ponga nada, pues queda muy mal, comparado con el que sí contesta. Y la respuesta queda escrita. No se puede responder cualquier cosa.

Si no nos organizamos más para exigir cambios y efectividad a los políticos es únicamente por apatía y desgana. Por medios para ello, no paramos.



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